Peter Segal, el director unido a parte de la carrera de Adam Sandler, después de dirigirle en la mayoría de sus películas tales como Ejecutivo agresivo o 50 primeras citas, demuestra tener un especial interés por las películas de humor. De ese humor curioso que la modernidad nos ha traído, de la mano de la exageración y el absurdo pero a la vez semigracioso. Muchas veces, las que más, son más talentosos en cuanto a la gracia los actores que las acciones de humor preparadas al caso.
En esta ocasión el elegido para levantar la moral de los espectadores es Steve Carell, que a muchos no disgusta y a pocos gusta o al revés dependiendo del país que contemple el film, pero en cualquier caso con mucho éxito en su país de producción, Estados Unidos. Como la vida misma o Sigo como Dios, son algunos de los ejemplos claros de película típica del actor de caras y rostros, del actor de cara de bueno que se enfrasca en cualquier situación con el favor del público, gracias a su aspecto tremendamente bondadoso. Sin duda, es probablemente uno de los elegidos con autoridad para el film.
La popular serie de televisión que los más jóvenes casi no habrán conocido es difícil de adaptar al cine, precisamente por el tremendo carácter de conjunto que representaban todos los episodios, a base de un personaje que no termina nunca de dejar de ser torpe incluso tonto, su aspecto y exageración será menos en el film para adaptarlo más al protagonista no tan estrambótico. Al fin y al cabo, no es más que una excusa más de los poco creativos y agotados guionistas del humor y entretenimiento puro de la gran industria, con lo que los guiños serán muchos, las diferencias admisibles y las aventuras con golpes discontinuos de gracia.
Digna de mención, porque probablemente será muy importante en el film, la presencia de Anne Hathaway, que se empeñan en colocarnos como guapa de Hollywood, que no digo que no lo sea, pero su talento es limitado y su aspecto ayuda a clasificarla fácilmente. Es fácil verla muy parecida en films como El diablo viste de Prada o La joven Jane Austen, siempre la joven bella que es más de lo que parece por fuera, a que nos suena a todos.
Sin desesperarse, puede ser una opción limpia, sin desengaños, con la que pasar el tiempo y listo, pero para eso es mejor esperar al alquiler, tampoco la pantalla grande va a aportar mucho a un film sin demasiado esfuerzo estético, lejano a los tiempos de la creación del personaje.