Remake de la película canadiense San Valentín sangriento, que ni tuvo mucho éxito ni consiguió demasiado resultado en taquilla, los adeptos al gore se quedaron con hambre, vamos. La última aportación al cine de este director fue White Noise 2, demostrando sus pocas ganas de innovar, simplemente se trata de aprovecharse de ideas ya conocidas o hacer segundas partes. Unirse a la era del 3D no creo que mejore las cosas, pero seguro que un gran número de personas tratan de aprovechar las gafas y se pasan a verla.
No me atrae en absoluto porque imagino lo que habrá hecho este genio del cine con una serie de escenas necesarias cortadas y pegadas de la primera parte, con una serie de golpes de efecto musicales que calienten el ambienten y algún que otro retoque final para hacer aún más tremendo a un malo que matará mejor o al menos más espectacular que en la primera película. No tengo fe en que me enseñe nada nuevo, así que sólo lo recomiendo a amantes obsesivos del cine de terror, porque ellos al menos sacarán algo de todo esto, y probablemente hasta lo pongan a parir lindamente.