Madre mía como está el patio. La moda de los remakes no para, pero es que en esta ocasión me parece una elección trasnochada, sin sentido y tan poco atractiva que las salas deberían negarse a exhibirla. Ya hubo un Footloose en el 84, que sin ser un peliculón, nos descubrió que Kevin Bacon podía protagonizar pelis, aunque tendrían que pasar muchos años para que descubriéramos que lo que mejor le sentaba era hacer de malo. Después de Flashdance hubo varios títulos de esa época dónde los jóvenes se pirraban por la música y el baile y era un motivo para acudir al cine. En la actualidad es el turno de los superhéroes, de sus secuelas y sus precuelas.
Aun con esto podría entender que se hubiera hecho una superproducción para intentar mejorar el original (cosa que muchos se empeñan en hacer y nunca consiguen), con un gran presupuesto, con caras muy conocidas, con un director de renombre...Pero es que ni eso. Lo más "destacable" son los nombres de Andy MacDowell y Dennis Quaid. En esta profesión que malo es hacerse mayor.
Avisados estáis.