De los productores de El grito y La señal, esto es cuanto pretenden vendernos al intentar comercializar la película, porque en mi opinión es de lo que estamos hablando, de un producto en venta, una vez más con temática de miedo y hechos reales dentro del mundo de la parapsicología, que sólo sorprenderá a los que se inquietan fácilmente con el terror. Sus trucos, sus caras, sus elementos de susto probablemente serán de sobra conocidos y ya no sorprenderán a nadie.
Estas películas están tan telegrafiadas que aunque se vistan de seda, mona se quedan. De director algo experiementado en su país natal, Japón, y una serie de aspirantes a las migajas de la gran industria que pretenden destacar como actores, el film posee un presupuesto razonable pero poco que contar, dando la sensación de pordese hacer un cortometraje y listo, sin hacer esperar tanto al personal, como si lo estuviera viendo.
Joshua Jackson, conocido por la serie de televisión Dawson crece y al que pudimos reconocer en Bobby, la poco prolífica aún Rachael Taylor (Transformers o Los ojos del mal), son la pareja alucinantemente elegida para transmitirnos la pasión incontrolada del miedo, eso si pueden hacerlo en mitad de las subidas y bajadas de volumen en la bandas sonora, normalmente bastante mínima en general en el género.