El Sin City original, cómic cuyo argumento desconozco, era en sus viñetas una serie de precisos a la par que sucios dibujos en blanco y negro (riguroso blanco y negro; nada de escala de grises) herederos en su idea del noir, y como tal, del expresionismo cinematográfico alemán, y como tal, del mejor claroscuro de Caravaggio. Evolución a influjos. Ahora, su creador Frank Miller se alía con el chicano Robert Rodríguez para trasladar esa cualidad visual al cine. Y a buena fe que Rodriguez tiene talento de sobra.
Jugando con el color para subrayar elementos, ideas, momentos, el creador de El Mariachi tiene por fin un proyecto en manos con el que volver a su verdadero terreno. Su talento y su sentido del ritmo había encontrado un lugar cómodo pero falto de riqueza en las patochadas habituales de los pesados y pesantes estudios hollywoodienses. Ahora, con este Sin City puede que podamos volver a ver el Robert Rdoriguez que nos sorprendió por la osadía, la imaginación y la frescura de El Mariachi. Para ello se unen la fuerza y la fantasía de personajes creados con lapicero y tinta negra, y varios de los elementos con los que siempre ha jugado el noir: la noche, la sombra, el hombre duro -al menos en apariencia-, la mujer fatal -al menos en apariencia-.
Y muchos son los nombres que no han querido perderse un proyecto tan prometedor. Bruce Willis, Mickey Rourke, Clive Owen, Jessica Alba, Benicio del Toro, Rutger Hauer, Elijah Wood (¿¿Frodo??), Carla Gugino... y varios otros. Únicamente quiero olvidar ese detalle de que Tarantino figure como director invitado... El bueno de Robert debería olvidarse ya de ir a todas partes de la manita del megalómano director de Kill Bill si pretende que le tomen en serio como cineasta, y si no quiere ser recordado toda la vida como un 'coleguilla del de Pulp Fiction'.
Detalle aparte, tengo muchas esperanzas puestas en este Sin City. Seguro que el Robert de El Mariachi sigue vivo, detrás de todas esas Facultys y Spy Kids.