Esta película sabe a poco, a vacía, a querer tocar temas y hacerlo de refilón, demasiada mezcla y poca claridad, se mete, se esconde, se muestra torpe y lenta, con demasiadas escenas para cualquier situación.
Como objeto de entretenimiento es una curiosidad no demasiado original que dura bastante como para tapar un rato perdido, pero las sensaciones al final son limitadas, sin sustancia y poco impactantes.
El capítulo de Penélope Cruz, justa en el papel, con escena de barra en la que desliza con un mínimo de sintonía con el papel, es un aliciente pero no resulta tan intensa como para salvar la otra historia de familia acabada y aburrida con niño distante.
En general un producto justo, mediano, que no se permite ser siquiera una joya en cualquiera de los aspectos cinematográficos, unos cuantos minutos de decente historia y poco más.