Desbancando en el último momento a 1408, como un mal giro de guión, esta película ha sido la ganadora de la semana de terror de San Sebastián. Está claro que no estoy de acuerdo, ni de lejos, con esta decisión, pero el pueblo ha hablado, así de tibias son las mayorías.
El planteamiento no es malo, y el inicio, con la señora volando colgada de un cable es estupendo. También lo es el concepto de supervivencia inicial, con la militante de la resistencia explicando a contrarreloj las técnicas para sobrevivir y el militar que pronto se muestra como infiltrado. Nos espera una película de diálogos en un par de localizaciones, perfecto, espero un juego tan apasionante como El método, confío en mantener la intriga de quien conseguirá salvar su vida gracias a su poder de convicción y a las argucias ideadas por la chica de Mandela. Hasta la primera entrevista promete.
Luego pierdo la esperanza porque veo que el director está tan preocupado en desarrollar toda su visión social de la población problemática de Dinamarca que olvida que está rodando una película. El argumento se diluye, la película se mueve a la deriva, y termina con un forzado suicidio que no tiene demasiado sentido, por muy efectista que sea. Para colmo, la reflexión no es demasiado precisa y aunque sí que consigue que al espectador le dé por pensar en los temas relacionados, el mensaje vuelve a ser difuso y poco convincente.
¡Que mal! Pues tampoco. En compensación a estos puntos negativos tenemos otros que hacen que esta película sea entretenida, divertida a veces y tenga sus cosas buenas. Para empezar, el actor que interpreta al militar está estupendo. Tanto él como su personaje derrochan carisma y se llevan de calle al espectador, siendo un villano con principios, mucho más apreciable que el político, en principio menos despiadado. Se puede decir que este personaje salva la película.
Unos cuantos momentos ingeniosos nos hacen reír perdonando así el gran cúmulo de imperfecciones de la película. En cualquier caso, una película que creo que no pasará a la historia a pesar de haber ganado ya en los festivales fantásticos de Bilbao y Donosti. Y es que las películas que no molestan a nadie pueden ganar en las votaciones masivas, pero no es suficiente para permanecer en la memoria.