Carlos Saura siempre ha
demostrado ser un director interesante, con películas dispares y
siempre atrevidas. Las suyas suelen ser propuestas originales que,
cuando menos, se distancian de las tendencias nacionales. En este
caso nos sumerge en el proceso de creación de una de las obras más
importantes del panorama musical, Don Giovanni de Mozart. Los
principales talentos involucrados en la obra aparecerán como
personaje en la película.
Es cierto que esto tampoco es un
concepto demasiado nuevo, este paralelismo entre autores, obra y
personajes; biografía y ficción; ya lo hemos visto otras veces, e
incuso, no es algo nuevo para Saura, estoy pensando en Goya en
Burdeos, de atrevida apuesta estética; o su acercamiento a una
época de arte con Buñuel y la mesa del rey Salomón. En
general, el director ha presentado siempre un interés hacia otras
disciplinas artísticas, la pintura, la música, el baile... muchas
veces interrelacionadas. Por lo tanto, creo que es el director
indicado para esta película, pues su mirada sobre un tema tan
tratado como el del autor y su obra no será la de una copia fácil,
sino la aportación de una importante personalidad cinematográfica.
Un reparto internacional en el que no
nos sonarán las caras y un guión también internacional donde el
propio Saura coescribe con dos guionistas nóveles. El idioma se
divide entre el alemán y el italiano, como pide la historia, aunque
el rodaje se ha realizado en gran parte en la ciudad de la luz, esa
gran apuesta de estudios españoles.
La película inaugura la próxima
edición del festival de Málaga de cine español y posiblemente sea
la participante más interesante de la sección oficial. Veremos si
empieza con buen pie el certamen.