No cabe duda de que Martin
Scorsese es uno de los directores más importantes de todos los tiempos, y
por ello, cada nuevo estreno suyo es una alegría para los cinéfilos, incluso
para quienes no somos muy fervientes admiradores. Sus últimas películas, El aviador e Infiltrados han dejado el listón muy alto. Ahora se atreve con un
cine en clave de thriller con tintes de terror psicológico, aunque el cine de
género no es un extraño para este autor, como siempre, nos ofrecerá su visión particular.
La película ya viene avalada por la crítica después de su
pase reciente en el festival de Berlin. El público tampoco debería quedar
defraudado, pues se trata de una apuesta comercial en toda regla, no hay más
que ver su campaña de marketing.
Actorazos de la talla de Max Von Sydow, Ben Kingsley,
Mark Ruffalo y por supuesto, el
actor fetiche de Scorsese, Leonardo
DiCaprio. Además un buen actor emergente, Jackie Earle Haley. Por lo demás, el equipo habitual. Queda como
punto débil un apartado tan importante como el del guión, sin ningún nombre de
confianza, y con la adaptación de la novela de Dennis Lehane, autor de Mystic
River, que sin duda necesitará un pulido en la estructura. Hay que decir
que este autor ha escrito el guión de algunos de los capítulos de la excelente
serie The Wire, lo que sin duda
compensa. En cualquier caso, es de esperar que Scorsese meta bastante mano y lo
lleve a su terreno. Sólo espero que no naufrague en las peligrosas aguas del thriller psicológico y nos deje un regusto a engaño. Confío en que no.
El cineasta promete potencia y dinamismo en
sus imágenes, pero con la madurez de su dilatada experiencia. Sin duda una
película para todos los públicos.