El voto positivo es por su puesto por un director que casi todo lo que toca, por no decir todo, es bueno, o al menos me gusta. Es un director entero, con las cosas claras, quiere contar y cuenta, muchas películas en su haber y siempre me animo y me acerco a él, aunque sea algo extrañamente difícil de querer.
Esta película es moderna y atrevida para lo que él suele querer hacer, es una película que espero mantenga la misma elegancia de dirección de actores, la misma capacidad de encuadre y movimiento de cámara y el mismo universo particular que sabe imprimir a sus films.
Lo que puede ser el talón de Aquiles sean esos nuevos protagonistas suyos, aunque Di Caprio ya trabajó en El aviador con él y a mí no me gustó, porque Damond, Wahlberg y él representan una vez más, una serie de actores no demasiado maduros para ciertas historias que todos sabemos son impuestos por el taquillaje. No digo que no funcionen, pero pueden ser un punto de error, un no seguir la historia como deberíamos, creyéndonoslas, a mí me pasa.
Por otro lado tenemos a Nicholson que me apetece contemplar en estas lides, y al resucitado Sheen, que representa la auténtica apuesta de Scorsese como director de actores, sacar de registros, airear esas caras y hacer convincente un film que merece la pena y a ver si, más de lo que pensamos.