El director francés FranÇois Ozon, que ha recibido el aplauso en el Festival de San Sebastián de este año con el Premio especial del jurado gracias a El refugio, es un hombre de dilatada experiencia y una enorme capacidad para sacar películas muy personales y a su estilo. Después de tanto también se atreve con híbridos extraños como esta casi comedia que trata con fantasía y realidad un tema curioso y espectacular, seguramente como treta para llegar más lejos en alguna intenión oculta.
Podemos figurarnos que el protagonista es el niño del cartel, Ricky, y en base a eso, cualquier canallada en el buen sentido de la palabra para con el niño servirá para utilizarlo saliendo del típico sentir del humor francés, más de palabra que de gag. Se trata de un buen director al parecer,que se preocupa por el público pero también por sus historias, en esta ocasión simplemente puedo imaginar que ha pasado un buen rato en un film de menor importancia para él.
No me fío, porque seguro que me sorprende y me atrapa un poco, pero en cuanto el espectáculo se vaya diluyendo poco a poco asomarán cierres de película forzados al respecto de esa segunda intención velada. Las casi comedias siempre me acaban dejando mal sabor, y ésta encima llena de fantasía casi que será igual.
PD: La presencia de Sergi López (Mapa de los sonidos de Tokyo) en el film puede que atraiga a gran número de espectadores nacinales en lo que es una normalidad en su carrera, hacerse con papeles francófonos.