Esta película es la tercera película de una trilogía con la que Park Chan-Wook aporta su visión de la venganza y se ha dado a conocer en todo el mundo. En una época en la que las venganzas han asaltado las pantallas de cine a base de katanas y sangre con el inefable Tarantino, Park se ganó su confianza en Cannes en el año pasado. Ello le abrió las puertas del estrellato con su aclamada "Oldboy".
Desde luego puede decirse que la presencia de esta película en la Semana de Terror exige el traje y zapatos para ir a verla, vamos, que es el champán clarísimamente.
A mí me parece que Park es un grandísimo director que nos va a traer un guión no muy original, que al menos, espero y deseo, no se parezca a su anterior película. Confío en que en esta película no veamos a un director dormido en los laureles. Con eso y su gran poder visual y dirección me conformaré antes de "La noche de las sorpresas".