Crítica de la película Terminator Salvation por William Munny

No hay mucho lugar a dudas. La saga está acabada si seguimos por este camino de acción sin sentido ni serenidad, si continuamos por mostrar el ejército de máquinas a modo de festival de lo macro, si avanzamos con la historia de Terminator de esta manera tan aburrida y poco plausible de mostrar un evidente hombre máquina pululando por la Tierra como si supiese lo que es, pero si hasta Robocop tuvo su propia crisis existencial, por favor.

Intenta empezar bien, tratando de ser espectacular, pero se acaba centrando en un personaje que se ve a la legua, sin matices buenos, que encima enamora salvando vidas y buscando desde la robótica un sentido de la vida, la suya, que sólo sirve de excusa a los quieren creer para acercarnos a Skynet. ¿No hubiera sido mejor enfrentarse a la todo poderosa máquina a mamporrazo limpio mientras nuestro héroe Connor llama por radio a sus amiguitos?. Al menos entonces hablaríamos de una peli de acción y listo.

Centrado únicamente en la obsesiva idea de encontrar al padre que aparecía en la primera entrega, se olvida de la batalla real y encarnizada que debería de necesitar los cinco sentidos de un héroe que se esforzaba más cuando iba en moto en compañía del cachas de apellido austríaco que ahora es político. Cuanto ha cambiado la vida. Si la tercera entrega ya me pasó medianamente justa por la garganta, ésta se me ha atragantado.

Encima tengo que soportar un truco ochentero haciendo renacer al Schwarzenneger, aún me acuerdo de cómo se escribe, para que me encuentre agusto con el guiño, pues no, los guiños se hacen bien, no se implantan, una chapuza que hace de la agonía de un final feote y sin fuerza hasta una nota que no se merece esta saga, jopelines.