Entiendo perfectamente a Tomasz Emil Rudzik. Cuando uno intenta dedicarse a esto de dirigir películas no lo tiene nada facil. Supongo que, básicamente, hay dos opciones. En primer lugar, apuntar muy alto, hacer una película arriesgada, llena de buenas ideas aunque muchas ellas fallen y tener la esperanza de que la industria te considere un genio en potencia, o hacer una película totalmente trillada en la que demuestres que eres un buen ejecutor. Rudzik elige claramente la segunda opción. El problema está en que no consigue demostrar que es un buen ejecutor, sino más bien lo contrario.
En primer lugar, me molesta especialmente la adopción de todos los ticks propios del cine independiente americano actual. Los que lean habitualmente mis opiniones, ya sabrán que le he declarado la guerra porque ya sólo queda el envoltorio y nada del espíritu independiente. El cine independiente tuvo su época y ya pasó. Por eso no entiendo exactamente de dónde nacen esos créditos plastidecor, y esa musiquita francesa susurrante. Es copiar por copiar.
En segundo lugar, la historia que cuenta es una idiotez. En especial la del personaje mudo. Los personajes se mueven entre la vulgaridad de una adolescente que es rebelde porque sus padres discuten, y la estupidez de una mujer que se enamora de un mudo que es idiota. Por en medio tenemos a una víctima de... ¿de qué?... de la religión. ¡Con la iglesia hemos topado! Con una crítica telegrafiada y sin ningún matiz. Me molesta especialmente ese "mundo mágico" que se nos representa, pero que no se sabe muy bien por qué se nos representa.
Y, en tercer lugar, el guión propiamente dicho (más allá de la historia). Tiene errores graves. El primero, que el hilo conductor sea un ascensor, pero que luego eso no importe para nada. Si quitas el ascensor, la película funciona igual (igual de mal). Tampoco tienen sentido ese texto del comienzo que nos explica que los estudiantes viven en apartamentos. ¿¿¿??? Ni que la película empiece con un personaje que nos narra la historia con voz en off en primera persona, y luego se abandone esa idea y se nos cuente como si fuera otro personaje más. Y tampoco entiendo que se elija una temática tan simple que no necesita explicación, pero se nos repita una y otra vez la tésis de la soledad como si pudiera haber algún espectador que no se hubiera enterado desde el principio. Subrayar es una cosa, y resurcar es otra...
En definitiva, una película a la que le falta talento y que dificilmente llegará a las salas de cine más allá de un festival. Se hace demasiado cine, se repiten demasiado las historias y se alimenta demasiado la idea de que todos podemos ser artistas...