Antes de que llegue la V de Vendetta, visitaremos esa misma letra en las salas de cine con otro título de relumbrón: Volver, de Pedro Almodóvar.
Leía a mi compañero Hypnos manifestando sus miedos. Salió muy contento de ver La mala educación y ahora se queja de que Pedroooo no quiera seguir explorando nuevos caminos como él cree que sí hizo en la que ya es su penúltima película.
Entiendo a Hypnos, pero no me pasa lo mismo. Primero porque acabé un tanto asqueado tras La mala educación y, segundo, porque no creo que Pedroooo explorara nada nuevo ni buscara nuevos intereses ni hiciera las tortillas con sartén nueva. Las únicas diferencias estaban en ese repentino interés por guiñarle el ojo a Ripley y a Herrmann y demás. Y listo. Porque a partir de ahí los mismos diálogos, los mismos colores, las mismas situaciones, los mismos personajes. Sus mismas obsesiones. Sus mismas constantes. Y su misma manera de detener la historia, las escenas, el ritmo, para meter las típicas situaciones más puramente almodovarianas: Gael la loca chupándole la polla a un tío y este que se duerme, ante el enojo de Gaelito ("oye, que te eztoy supando la poya"...). Y todas esas cosas.
Así que, resumiendo, no comparto los miedos presentes ni las pasadas satisfacciones de Hypnos ante el cine de Pedroooo. Simplemente iré a ver la película con mi habitual recelo (no me gusta el cine de Almodóvar) y con todo el respeto del mundo (ante todo, reconozco que es un creador, un autor).