Hay que mencionar al director de esta película, para advertir a los que no se han fijado, y también para advertir los que le conocen y están extrañados. Se trata de Tony Gilroy. El director de la exitosa Michael Clayton que fue bien recibida pero también menospreciada como poco candidata a algunos Oscar con siete nominaciones. Si aquella película jugaba con innovar de manera elegante pero seria, ésta es un giro eterno, el de viajar a la comedia romántica disfrazada o aderezada.
Seguro que con un inconfundible estilo propio y bonito, se nos mostrará una película ágil y divertida, pero sobre todo con truco, gracias a sus dos actores principales. Con otras dos elecciones distintas el film también sería distinto a ojos del entregado espectador y menos atrayente. Se trata de Julia Roberts (Closer o La guerra de Charlie Wilson) y Clive Owen Hijo de los hombres o El rey Arturo). La primera siempre magnética y el segundo siempre hombretón en pantalla, a mí no me convence demasiado ahora mismo que está madurando en cine.
Como secundarios de lujo y en tono mucho más exagerado unos precisos Tom Wilkinson (Valkiria) y Paul Giamatti (American Splendor) , apuesto a quién hace de tonto y quién de torpe que cae bien, mientras la sombra de un espionaje light les revuela.
Al fin y al cabo, una película bien fabricada, pero que no sorprenderá sino que la curiosidad hará que salga mejor parada en la crítica. Dos estrellas con dos que caen bien y el romanticismo entre rivales de otro género. Al menos es un intento de cambio, pero muy poco sagaz.