Crítica de la película GAL por William Munny

Película de curiosidad política, o al menos que llama la atención de ciertos sectores  atentos a cualquier producto relacionado, que no pienso sea el tema de discusión importante del film. Los hechos están ahí, aunque pueda disimularse o enfatizar algo en concreto, pero más o menos, a estas alturas, no se puede lograr mucho desde este tipo de mensaje ya conocido desde muchos puntos de vista.

En cuanto a la capacidad del film para transmitir, esa difícil tarea con hechos reales de este calibre, puede que lo consiga desde un rasero más obligado del guión emulando lugares y personajes que se pierdan en retratar más que en actuar. Su director, Miguel Courtais (El lobo), ya demostó capacidad para marcar momentos importantes del film con calidad técnica y dramática, pero eso no quiere decir que la película, como espectáculo artístico vaya mucho más allá. Y es complicado porque este tipo de producciones necesitan apoyarse demasiado en hechos concretos dejando a un lado la orignalidad de escenas.

No espero grandes interpretaciones, no espero demasiados momentos de potencia visual, tan sólo una enumeración de hechos en este caso tan calculados, que serán buenos, pero que terminarán por hacer pensar al espectador que está ante una recreación de producto periodístico más que ante un film que destaque por su fuerza dramática. Jordi Mollá (Son de mar, Blow o Ausentes entre otras) al parecer por habladurías está demasiado exagerado, pero esto pertenece a su obligación como actor, lo que le manden, y en esta ocasión puede que sea demasiado lejano a el artificio del cine como para que resulte bien. Sería mejor un documental, más real, mejor y más intenso, sin leyes de narración que pueden chocar con una historia que necesita no ser dividida en escenas .