Kevin Bacon es uno de esos actores que no para de jugar al despiste eligiendo sus papeles. Tiene grandes títulos como Mystic River, Sleepers o El leñador, que alterna con otros menores como Mi perro Skip, En carne viva o el caso que nos ocupa. Lejos quedaron ya sus papeles de joven seductor para dar paso a ese perfil de hielo que le marca ahora. Su presencia desde luego, no da ninguna esperanza de que este título, vaya a merecer la pena en absoluto.
James Wan, que se había centrado hasta ahora en películas de terror como Saw o Silencio desde el mal, dirige esta milésima versión que se centrará en la venganza. Apasionante de veras. Si Neil Jordan, un artistazo tras la cámara, no obtuvo demasiado éxito con La extraña que hay en ti, dudo que el realizador malayo pueda escapar a caer en exageraciones y barrabasadas, para intentar captar la atención del espectador.
El guión, basado en la novela de Brian Garfield, un especialista en esto de las venganzas, está adaptado por Ian Jeffers, todo un novato en estas lides. ¿Logrará plasmar las intenciones de los personajes, que resulten creíbles y que la historia no vaya dando saltos?
Nada apunta a que vaya a ser una gran película, pero es que además tiene algo que da bastante mala espina. Yo por si las moscas, no pienso probarla.