Sherlock teorizaba un día sobre la fuente de poder del cine coreano (chino, japones, ...), puede que sean los genes, los fideos o cómo sopla el viento. ¿quién sabe?
Lo que está claro es que algo tienen los chinos (coreanos, japos, tailandeses...) cuando se les bendice. Esa fotografía. Esa fuerza. Esa capacidad para utilizar tan bien la sangre de la que tanto a aprendido Tarantino. Son únicos.
A mi me encantó Oldboy, tanto la dirección como la trama. Y es ahí donde ésta película peligra. Ella no lo sabe, pero el público que le espera ésta noche... !no le dejará pasar ni una! En el momento en el que la credibilidad de la trama chirrie, el público, que llevará un buen rato afilando sus armas, se lanzará en plancha sobre la película tratando de crear la mayor escabechina posible.
Ésta claro que ésta no debe ser una película más de chinos. Después del atracón de cine cutre de ayer, la gente busca la primera gran joyita. En Corea ponemos nuestras esperanzas.
¡Larga vida a Leonor! ¡Princesa de las españas! ;-)