Este film se conjuga con datos más o menos similares de siempre, pero sobre todo de ahora. Por un lado la historia de pobrecito de siempre, guapito pero que no parece saberlo, y por otro el tremendo poder de tranquilidad que ofrece un cachondeo de ahora, con barbaridades y exageraciones de ahora, que mantienen al espectador contento, que no sorprendido ni maravillado.
Demasiado pesada en las escenas de amor, y algo liosa en muchos diálogos, tiene simplemente el mérito de mostrarse más o menos rápida, con personajes extrañamente curiosos y una banda sonora que se agradece en mitad de tanto monólogo de idioteces.
No estamos hablando de un producto que tuviera pretensiones, tampoco de un tipo que quiera demostrar nada tras la cámara, sólo de una película creada para ver en un rato y olvidarse, lo consigue pero con menos potencia de cualquiera que nazca como siempre, sin moderneces a su favor. La soporto pero no me ha gustado.