Lo mejor que se puede decir de esta película es que es limpia, sincera, crítica con el gobierno americano y las grandes empresas (siendo americana la película) y comprometida. Lo que no se puede decir es que sea una buena obra cinematográfica.
No hay historia. Sólo hay cosas que pasan, a veces de forma independiente y otras de manera relacionada. Siempre muy seriamente, muy con frases que incluyen términos como “producto interior bruto”. Muy con Chris Cooper siendo el rey de la barraca como siempre. Muy con Matt Damon siendo un tipo creíble. Todo muy serio, muy bien. Pero lo siento: no hay historia.
No hay personajes. George Clooney está muy convincente en su papel con barba, pero admitámoslo ¿qué aporta? A la trama intenta aportar coherencia y emoción... lo que produce es dispersión. Tenemos una escena con su hijo que intenta darle un fondo al personaje. Es una escena aislada y vacía, sólo consigue hacer más larga la película.
La historia de la petrolera y el trepa oveja-león con padre alcohólico es la gran nada. Nuevamente caras serias, negocios que escapan a la imaginación, maldad y retruécano. ¿Y qué? ¿A dónde va todo eso?
Me he aburrido porque las cosas iban pasando como si fuera el telediario. Apenas un par de escenas interesantes, algunas forzadas. La dirección es la corrección absoluta con el manual de tembleque serio de denuncia marca Soderbergh. Uno termina y dice: “que bien hecho que está este tostón de película”.