De nuevo me pasa con La niebla lo que con El incidente: que la veo después de Sherlock. Así que tomo su postcrítica como referencia comparativa.
Para empezar, comento que al igual que a él, La niebla me ha parecido una película pequeña, algo floja, previsible. Una película que hemos visto otras veces. Aún así valoro quizá un poquito más sus méritos de lo que lo hace Sherlock. Pero sus defectos están ahí y son innegables.
El primer gran defecto es que esta película la conocemos; encerrados en un supermercado, aguantando estoicamente el encierro, los ataque del monstruoso exterior y, sobre todo, la convivencia. También hemos visto más películas que aprovechan estas situaciones para llevar al extremo las relaciones interpersonales y esbozarnos un cínico reflejo en miniatura de nuestra sociedad cuando se encuentra en situaciones límite.
Aún así, Darabont lo hace bien. Muy buenos diálogos, en general, y varios personajes muy acertados. Personalmente, no me chirría la escena del almacén, con los tentáculos asomando por debajo de la puerta; si antes nadie ayuda a la mujer que desea salir (estamos hablando de una ayuda premeditada, y desconociendo qué puede haber fuera), luego en plena situación, en pleno ataque, en pleno pánico, con la adrenalina a tope, sí me trago que dos personas (dos de cinco) reaccionen intentando agarrar al chico para evitar que sea arrastrado por la criatura.
En general, los problemas de La niebla afectan a su condición de película con monstruos. Estos se ven demasiado, algunos de sus ataques son más bien normalitos, nada original, todo muy visto. Para colmo, este tipo de cine se presta a juegos de cámara, brío visual. Darabont, en cambio, es muy pulcro y lineal, casi siempre. Se permite pocos lujos, y los necesitaba: Tan solo recuerdo el momento en que los insectos (primera constatación de que estamos ante insectos gigantes) se van posando en la cristalera, simplemente porque en plena noche la luz del supermercado les atrae. Un momento tan bello como inquietante.
Lástima que Darabont no tire por ese lado. Sí me gusta, desde luego, el desenlace. Quizá se ve venir, pero tampoco creo que Darabont quiera la contrario, de hecho frena el tempo y se permite recrearse. Tiene fuerza. Es de agradecer que no haya tenido miedo a finalizar la historia de la peor manera posible, una desesperanza absoluta, el único punto al que podía conducirse la película.
Permitidme, por último, una reflexión que es en el fondo inútil, pero que no puedo callarme: No entiendo que una película plena de talento y osadía como El incidente, para colmo triunfante en muchas de sus pretensiones, haya sido tan criticada, mientras que esta película, finalmente convencional y de virtudes poco importantes, está siendo respaldada por gran parte de la crítica. Es fácil, imagino, vivir bien arropado en las convenciones y la comodidad de lo que conocemos desde hace años... En definitiva: Es como ir al videoclub y alquilar esa película que ya has visto porque sabes que te gusta; con las demás a saberse lo que te espera. ¿Verdad?