Si existiera un espectador que no conociese previamente la
figura del detective más famoso de todos los tiempos, también él sentiría,
posiblemente, que algo no encaja en estos personajes. Su actitud bravucona,
agresiva y peleona es más propia de un zoquete con músculo y poca sesera, de un matón del Londres de la época, que de una increíble
mente analítica. Finalmente no se ha cambiado la increíble capacidad de
observación y pericia deductiva por el arte del mamporro, lo que se ha hecho es
permitir que ambas cuestiones convivan. Esto hace que los personajes sean
completamente increíbles, sin una verdadera personalidad. Además, se ha querido
unir estas dos capacidades en la lucha misma (cuando Holmes aplica su deducción
al combate) convirtiéndole prácticamente en un superhéroe al estilo Batman
(otro investigador que usa los puños) añadiéndole cierta condición de hooligan buscalíos
que, como digo, no casa de ninguna manera.
Se consigue una serie de escenas de acción
bastante divertidas y bien orquestadas pero que le sientan a la película como
un tiro. De fondo una trama de conspiración que no se aguanta ni con pinzas,
por lo que no vale la pena entrar a desmontarla. Una ambientación vistosa pero
bastante artificial: si comparamos las escenas realistas del parlamento (que
lógicamente apenas requerían retoque) con la ambientación de escenarios falsos
del resto, el contraste es fatal.
Con todos sus defectos, encontramos una película
entretenida, con un Robert Downey Jr. que parece no esforzarse ya para derrochar carisma y un Jude Law afinado. Con una dirección atrevida y original, con planos
tan imaginativos como la caja que indica "este lado hacia arriba" y después la
cámara rota para descubrir el resto del plano. Con buenas escenas de acción,
potencia visual y mucho estilo. El vestuario, a veces inverosímil, también está bellamente estilizado. Algunas buenas deducciones de Holmes, aunque otras
demasiado rutinarias, supeditadas a tal substancia o tal otra (parece más CSI).
La investigación en conjunto, interesa al principio, cuando se nos asegura que
la intervención de Holmes será a favor del villano, aunque luego todo queda en
agua de borrajas y un disparate tras otro. La escena final de explicaciones en el puente es de juzgado de guardia.
En definitva, Downey Jr. se apunta así a otra saga de
superhéroe, con acción a raudales, argumento imposible y ritmo, aunque esta entretiene bastante más
que Iron Man.
Deliciosa banda sonora, épica-bohemia con elementos reconocibles de El caballero oscuro.