El director de películas como Tres reyes o Extrañas coincidencias, se junta con los guionistas de 8 millas (Scott Silver) y Air Bud (Paul Tamasy). El resultado tiene por tanto un tufillo de narices a unir fuerzas para conseguir el apoyo de una productora con pasta que la ponga para hacer una historia taquillera con actor taquillero y tema taquillero, el boxeo.
En el país en el que el cine crece con hormonas de inyección, se pueden permitir subir como la espuma a talentos perdidos del cine patrio hasta lanzarles a los Óscar. Supongo que hacía falta un representante serio del cine exitoso de palomitas de la industria. Sin embargo, yo no creo que tenga lo suficiente para ser un gran film. La ausencia de contrincantes le ha hecho ascender pero el público es sabio, y al ver el film es muy posible que acabe diciendo aquello de no es para tanto.
La excusa del boxeo y su patetismo interno siempre ayuda para crear dramas al respecto de personajes que luchan a pesar de todo. Mark Whalberg (El incidente o Infiltrados) puede con eso y con más, y encima apoyado por un Christian Bale (El caballero oscuro o El tren de las 3:10) venido a menos muy poco a poco por mucho que Batman le salve de la quema, es posible que sus fuerzas se unan en el atrayente consumidor de palomitas, aderezado por unos Óscar que la relancen. Todo está preparado para que las grandes estrellas no desaparezcan de los awards más deseados que ya no lo son.
Al final, estoy muy convencido de que no posee la fuerza de un buen film, ni los arrestos de una ambientación intensa y atmosférica, ni los dilemas jodidos de las buenas películas en las que no se necesitan historias reales detrás para apoyar, ni siquiera los matices de una banda sonora a la altura. El luchador, de Aranofsky, sí que tenía todo eso, sí que tenía esa garra, sí que tenía realismo y fuerza, drama feo, pero no tenía el apoyo de los repartidores de estatuillas. Ahora que no me hagan creer que ésta lo merece.
Que se va a pasar el tiempo medianamente volando. Que se va a disfrutar viéndola. Que no es una mala película, de acuerdo, pero que nadie se espere más.
PD: Amy Adams (La duda o Tenías que ser tú) no está preparada para tamaño papel, de eso sí que estoy seguro