Disney vuelve a la carga con una película que aunque a primera vista pueda parecer un clásico (Rapunzel) modernizado, es simplemente un clásico adaptado a la modernidad y cambiado a gusto de las nuevas tendencias de ayudar a que la hora y media de los padres también sea llevadera. Para los niños sí, pero con chistes que los mayores pueden hacer que revoloteen entre sus neuronas
Originalidad, supongo que lo normal, didáctica, supongo que lo de siempre, apropiada, al menos no hará mal en las mentes de los más pequeños.
Alan Menken vuelve a hacer una banda sonora para la compañía después de Pocahontas, Hércules, El jorobado de Notre Dame, Aladdin, La bella y la bestia o La sirenita entre otras muchas.
Byron Howard es el verdadero con experiencia, aunque corta, con su película Bolt, por encima de su compañero Nathan Gheno. La dirección tiene poco de importante en películas tan diseñadas para el 3D y demás, lo que cuenta es claramente la experiencia en la animación y tener tiempo libre en el momento preciso para hacerse cargo del proyecto.
Película, por tanto, responsable y correcta, divertida pero sin ser una opción especialísima del cartel infantil. Como no hay otra cosa, al menos el crío no rechazará lo que ve.