Crítica de la película Moneyball por Hypnos

Sí y no


4/5
26/11/2011

Crítica de Moneyball
por Hypnos



Carátula de la película Este año los Óscars pueden tener como protagonistas a pequeños grandes nombres. No se lleven a engaño, por lo de pequeño no va en ningún caso Brad Pitt, cabeza visible de este proyecto, de sobra ya conocido por todos. De hecho suenan los mentideros con rumores acerca de que este año tendrá una nueva nominación, sería su tercera tras 12 monos y El curioso caso de Benjamin Button.

Junto a Pitt veremos a actores consagrados, empezando por Robin Wright, anteriormente Penn, La princesa prometida o Erika Berger en la adaptación que Fincher ha hecho de Millenium. Y, sobre todo, al siempre brillante y genial Philip Seymour Hoffman, ganador del Óscar por Capote.

Y me detengo en Capote porque Bennet Miller, director de Capote, es el director de Moneyball (me niego a usar el apellido que le han puesto en España). Lo cierto es que Miller lo bordó en Capote, una película absolutamente fantástica, a mi juicio. Y hemos tenido que esperar seis años a que volviese a dirigir. Así que hay que estar de enhorabuena.

Más buenas noticias las encontramos en el guión. El concepto del film parte del libro de Michael Lewis sobre la figura de Billy Beane. Y el guión está realizado a medias entre Aaron Sorkin y Steven Zaillian (dos grandísimos del guión que harán las delicias a todos aquellos seguidores de El séquito). Zaillian, ganador del Óscar por La lista de Schindler, y nominado por Gangs of New York, responsable también de la adaptación de Millenium a la que hemos hecho alusión con anterioridad. Sorkin, el creador de El Ala Oeste de la Casablanca, y ganador del Óscar por La red social.

Un biopic que cuenta con muy buenos mimbres en lo que a guión se refiere, con un director de garantías que ya demostró su buen hacer con otro biopic. Tenemos a un actor de garantías como Brad Pitt, bien sostenido por dos secundarios de largo recorrido. Pese a todo, no consigo engancharme a la quinta estrella. Los estadounidenses aman sus deportes y les encanta extractar filosofía de los mismos, con mayor o menor acierto. Un ejemplo malo de esto lo constituiría The blind side. Guardo grato recuerdo de The hossiers (me niego a citar el apellido dado por los traductores españoles) y me divirtieron películas tales como Jerry Maguire o Un domingo cualquiera.

Quizá para los tiempos que asolan este país, una película de superación, de cómo de manera inteligente un pequeño se convierte en grande pueda ser una buena terapia.




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