Leo la postcrítica de mi compañero Hypnos y, de primeras, parece que estoy de acuerdo con él: La película avanza maravillosamente y se hunde estrepitosamente al poner las cartas sobre la mesa. Pero, en realidad, no coincido con Hypnos en ciertos puntos.
El primero, muy grave, es que parte de lo que hace fallar ese desenlace ya viene de antes. Ese gemelo nos lo veíamos venir, es un doble anunciado. El ayudante Fallon es un pegote que no habla, que permanece en la sombra, que no pinta nada, siempre oculto, siempre estratégicamente apartado del plano y del que, para colmo, el personaje de Christian Bale nos dice que, si confiamos en él, tenemos que confiar también en él... ¿Todo esto para qué? Evidente: para ser la sorpresa del final. Y cuando Michael Caine le empieza a repetir a Hugh Jackman: "sí, es un doble, la clave del truco tiene que ser un doble", y Scarlett Johansson (¿pero qué pinta en la película??) también: "sí, es un doble, vi las pelucas, vi todo, es un doble...", ya nos lo está dejando bien claro. ¿Un gemelo? Da igual. Un doble. O algo similar.
Lo peor no es eso. Lo peor es que uno no quiere creerse que eso que intuye sea verdad porque... hay que ser cutre, pretender dar solución a una película como esta plantando un gemelo.
Y resbalones hay más. El personaje de Bale le da a Jackman ese nombre (Tesla) como clave para mandarle de viaje en busca del personaje, el de David Bowie, interesante, pero que Bale sabe que no pinta nada en el asunto y que no puede darle ninguna clave a su rival. Sin embargo, ¡oh qué casualidad!, el científico loco resulta que está haciendo una máquina de marras que, bonita coincidencia, le sirve para lo que quería.
En fin, que parece que con tanto pero (bueno, ¡qué coño peros!, son buenas cagadas, la verdad) salgo del cine la mar de mosqueado y con ganas de plantarle un uno a la nueva de Christopher Nolan, pero seré benévolo. Llamadme benévolo o estúpido... pero a mi no me molesta que realmente Jackman dé con esa máquina que, realmente, va más allá del truco y produzca verdadera magia. Además, durante la película he estado bien entretenido, interesado y, sobre todo, disfrutando de la creciente rivalidad entre los magos. Me han encantado las sucesivas putadas que se iban devolviendo. Unas divertidas, otras crueles. Muy bien.
Los actores, más o menos bien. Muy bien Bale, en su punto Caine. Jackman cumple. Y lo dicho: Scarlett Johansson pinta poquito en la película.
Quizás por sus varias virtudes, le salvo unas cuantas estrellas, le saco un poco la cara. Pero es un hecho consumado, ya, que Nolan vuelve a decepcionarme por tercera vez. Y tres son muchas. No se dan tantas oportunidades, normalmente.