Ha sido hasta reconfortante, ja, ver a Jackson cabreado durante toda la película junto con un tipo que arquea las cejas por sistema, mientras un móvil con pruebas rondando las papeleras de la ciudad se convierte en un protagonista más.
Dinero por doquier, malotes que no se fían, contrabando de armas de andar por casa y disparos en el culo a diestro y siniestro. El guión desde luego no es gran cosa, salvo cuando le dice que podrían ir a ver bailar a su hija, un detalle.
Por lo demás, poca gracia, poca conversación, repitiendo una y otra vez que se calle, y poco nivel de credibilidad. Un intento vano de llegar a algo. La próxima vez será.