Iciar Bollaín ha demostrado de sobra que sabe transmitir con letras grandes temas y sentimientos que son inalcanzables de plasmar para otros directores. Mataharis puede ser una demostración más de su tacto para con las temáticas dolientes entorno a la mujer, que siempre es narración obligada en sus films, y además un ejercicio mayor en cuanto al lirismo de sus dramas sin complejos.
Se está convirtiendo poco a poco en una directora de tomar o dejar, en una excelente directora que se adentra sin miedo en zonas del nombrar silencioso, y esto hace que su público sea más selectivo, aunque algunos reniegen de ver aunque hayan visto de sobra cuanto intenta en sus producciones.
Me espero más de lo mismo en su cine. Una fuerza arrebatadora para las féminas que aunque sensibles se enfrentan a cualquier escorzo complicado de sus vidas. Con una cámara adaptada al medio en búsqueda de los rostros, seguro que vuelve a denunciar y llevar a las espaldas una denuncia que no se olvida del cine. Una oportunidad de ver cine de calidad y con mucho sentido y sensibilidad.