Por supuesto, una película con este espíritu les viene a los americanos que ni pintada, con los tiempos que corren. ´Seabiscuit´ era carne de Óscar; o mejor dicho, carne de nominación; una nominación que ya es mucho obsequio; una nominación que viene a ser un decir: ´¡Oh, que historia tan maravillosa, véanla, véanla ya!´. Demasiado premio para sus méritos reales.
Ahora bien, si la ven, podrán disfrutar con las mejores carreras de caballos jamás filmadas en cine. Todo el mundo destaca cómo el director ha sabido dotar a estas carreras de una espectacularidad, un ritmo y un interés como no se había visto en otra película. Desde ciertas tribunas llegan voces que comparan la importancia de ese trabajo técnico en las escenas de carreras, con lo que en su momento supusieron los combates magistralmente filmados y coreografiados por Scorsese en ´Toro Salvaje´. Es mucho decir... Y, desde luego, qué dolor para mi oído el escuchar comparaciones entre esta simpática menudez y esa obra maestra absoluta, completa, perfecta, esa cima del séptimo arte que es ´Raging Bull´.