Crítica de la película Up in the air por Obi-Wan

 Resulta reconfortante ir al cine y ver una historia simple, pero a le vez no tanto, lleno de tópicos sobre la vida aunque reales, alejándose de los odiosos cuentos de hadas y finales felices, con curiosos apartados ingeniosos y divertidos que a la vez tienen un trasfondo dramático. Jason Reitman ha conseguido una mezcla que en ningún momento esta clara, que a la vez hace reír y plantearse la crueldad de la vida, una dualidad que no es fácil demostrar y menos aún de manera tan natural.

 La capacidad que tiene el film para plasmar emociones es enorme, pero para ello no necesita montar grandes escenas dramáticas. Esta es la  historia de un hombre que trabaja en una empresa a la que encargan hacer despidos masivos, lo que le da la oportunidad de tener una vida al margen de todo tipo de ataduras sentimentales y personales mientras viaja de una ciudad a otra la mayor parte del año. Las cosas empezarán a cambiar con la aparición de dos mujeres totalmente diferentes en su vida, pero al contrario de como otros muchos films hubieran encaminado la trama, Reitman logra que triunfe la coherencia y no se insulte la inteligencia del espectador.

 Con mis palabras puede parecer que me conforme con el hecho de que no me traten como a un estúpido, pero es que este film da más cosas que eso, de manera directa y sin ambagajes, pasando por la carcajada, la ternura y  la tristeza sin cambiar de secuencia, con una magia que pocas veces podemos admirar. El guiño que introducen de Amelie con el carton-foto de los novios viajando por el mundo como el gnomo de aquella, parece que nos quiera decir que esa magia puede tener muchas caras.

 Por otro lado, el trabajo de George Clooney es magnífico. Le va como anillo al dedo esa combinación de independencia, encanto personal y cierta fragilidad. Y no le van a la zaga Vera Farmiga más bella y resuelta que nunca y su contrapunto ingenuo, Anna Kendrick, que nos regala los momentos más hilarantes del film.

 En definitiva una película inteligente, divertida a la vez que amarga y que deja un buen sabor de boca al salir del cine.