Esta es una de esas buenas películas
de ciencia ficción dura que se preocupan de ser muy fieles al what
if, en este caso, "¿y si se extendiera una epidemia vírica
agresiva por todo el planeta?", para detallar cada elemento, cada
consecuencia de dicha situación. Lo hace a varios niveles: la
respuesta médica, la respuesta política, la reacción de la
sociedad, la violencia, etc. Con una visión completa, bastante bien
afinada salvo algunos detalles, aunque eso sí, como comenta mi
compañero Rómulo, con una propuesta algo sesgada de buenos y malos
que responde más a una necesidad dramática que al ejercicio de
simulacro que es la película. Por lo demás, se preocupa de mostrar
las diferentes particularidades de un caso extremo como este y la
forma de luchar contra la epidemia, a través de una historia coral a
diferentes niveles. Algo parecido a la novela Guerra mundial Z,
pero con una premisa absolutamente realista, lo que le permite
mantenerse en unos supuestos absolutamente comedidos.
Lo más destacable es el gusto por el
detalle que demuestra Steven Soderbergh a la hora de
mostrarnos el contagio. Sólo en la primera escena, con Gwyneth
Paltrow en el aeropuero (empieza con una tos en off sobre negro), cada
detalle nos hace pensar en condiciones no demasiado higiénicas. Algo
tan sencillo como ver al personaje coger unos frutos secos que están
en la barra a disposición de cualquiera. La fijación de la mirada
de Soderbergh nos convierte a todos en obsesivos compulsivos. Por
otra parte tenemos el habitual toque estilizado del director, que se
traduce en una potencia audiovisual que te lleva sin pestañear de
principio a fin. Los fríos elementos electrónicos de Cliff
Martínez en la banda sonora, el montaje ritmoso, los rótulos
implacables. Y ese gran acierto de cerrar la película con el día
#1, con unos pocos planos rápidos para explicar el origen -sin que
los personajes lo hayan descubierto de forma exacta.
Aunque la película es fría y distante
con sus personajes, el enorme carisma de la mayor parte del reparto,
nos agarra con fuerza a la pantalla. Enorme la presencia de Lawrence
Fishburne, intensa como siempre Kate Winslet y de regalo
un Jude Law que se lo pasa bomba con su personaje. Sin
desmerecer al resto del reparto que hace un gran trabajo.
Buena ciencia ficción.