Crítica de la película Flores rotas por Iñaki Ortiz

Mi primera incursión en el cine de Jim Jarmush no ha estado nada mal. No le doy un cinco pero casi, y si la hubiera visto en estado normal y no en un profundo estado oniroide a las 0:00 quizá habría caído el cinco.

La película no cuenta nada del otro mundo: un hombre descubre que tiene un hijo (o quizá ni sea verdad) y va a buscarlo. Aquí la película podría tomar un modo cíclico que tanto me disgusta, pero más o menos salva esa situación.

En todo caso, lo importante no es tanto al argumento, sino las situaciones, la forma, la música. Me ha gustado mucho todo esto. Los pequeños detalles.

Me ha gustado Bill Murray, como siempre, que viene a hacer su papel, una especie de “Lost in translation” exagerado. El humor, a veces un poco tonto, parece bueno cuando es acompañado por una mirada irónica de Murray.

El tema “Casualidades en el cine” creo que no tiene cabida aquí, porque la chanza y la ironía de la película deja claro que la cosa no va en serio, la casualidad es parte del chiste.

Quizá lo que más me ha gustado de la película haya sido la forma en que los temas no se cierran. Yo diría que su madre era la cuarta, la del puñetazo, y que su hijo era el que pasa en coche al final, pero también podría no ser ninguna la madre y ninguno su hijo, o su hijo con el que habla... etc. Vamos que no está cerrado, y eso me gusta porque si su madre habría sido la última que visita habría quedado tan forzado. Además, que esto es lo de menos, a mí realmente no me interesa.

Muy bien. Muy personal. Estilo propio.


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