"Sin dirección". Ese es el juego de palabras con el que me atrevo para precriticar esta película. En efecto: vengo a quejarme. Y es que sí que creo que el trío calavera de Los serrano formado por Bonilla, Resines y Molero tiene su punto. También entiendo que, en tiempos de crísis, lo fácil sea apostar por una astracanada ultrabarata orientada a un nicho donde sabes que vas a tener cierto éxito. Sí, efectivamente y para variar, entiendo esta película como producto.
Lo que pasa es que lo que suele ocurrir cuando te aprietan las tuercas a nivel económico, es que sólo te queda vivir del talento e ingeniártelas. Y es aquí donde, al parecer, Bonilla y sus amigos han decidido no esforzarse. No hay mucha diferencia entre ésta daga de Rasputín, y Ellos robaron la picha de Hitler. Quizá la única diferencia sea la capacidad de distribución de ambas películas.
Una película para los fans de Resines y su tropa que están dispuestos a aguantar de todo por disfrutar de cierto tipo de humor. Una película para aquellos para los que ir al cine no se diferencia en nada de ver una película de sobremesa un domingo por la tarde. Una película sin talento ni ganas que juega a empatar a cero.
Una pena.