Crítica de la película Pagafantas por William Munny

Tengo que decir ante todo que me he llegado a reir y en condiciones normales, tampoco vamos a exgerar, han surgido risas y algunas carcajadas de mi garganta con cierto ritmo, y esto es un logro que no hay que desmerecer de una película que está diseñada para esto. Sin embargo, no por esto la película es buena, ni siquera un buen intento, es un arreglo de un director con talento, que vuelvo a repetir como dije en mi pre tiene de sobra, pero que ha luchado por sacar adelante un producto medio, ni muy ligero ni lleno de mucha novedad.

A lo largo de la película, sobre todo al comienzo, podemos ver una clara nueva intención de personaje y circunstancias, un aire fresco de humor contenido, una especie de ráfaga de naturalidad que es muy difícil de conseguir, pero en cuanto el personaje de la chica en cuestión se hace con la trama totalmente empieza a caer y a caer, menos mal de la existencia del supuesto tío que al menos mantiene algo de alegría sin sonrisitas estúpidas como ella. Para nada desprecio las intenciones de presentar a un pagafantas mediante artilugios de vídeo a lo serie de televisión perdidos con mensajes de enseñanza, pero si juegas a eso, al toque moderno, no puedes desvincularte de esto en cuanto las riendas las tiene una fémina de donde sacas esfuerzos para no sacarla más a ella que a él, Gorka Otxoa, fabuloso, comunica y punto, no hay más que hablar.

Pero por encima de todo esto, y olvidando algún momento en el que se trata de hacer gracia ya de cualquier manera y demasiado seguido (el chiste del pescado encima de la cabeza no es necesario), lo que no me hace perdonar al film es un final made in continued, o made in no quiero que acabe bien, o made in nada, porque con el chiste de Enrique Bunbury no es suficiente para olvidarme de que no hay valentía para acabar mal, tal y como era de esperar de forma valiente, ni los pagafantas lo son toda la vida, ni las chicas son tan tontas de mente por muy espectaculares que sean, ese final es de una indefinición que no tiene como excusa suficiente el tomar un poco de alcohol.