Ésta película es la copia de la copia de la copia de la copia de un montón de películas de terror que en el mundo han sido: matrimonio de ciudad que acaba en ambiente rural sufriendo terror. Creo que con eso está ya todo dicho. Éste tipo de películas se han hecho en serio. Cuando dejaron de funcionar se hicieron en broma. Cuando dejaron de funcionar se hicieron en parodia, Y cuando, finalmente, ni siquiera funcionaban como parodia se analizaron sus mecanismos, listaron y ahora forman parte de la bolsa de trucos de algunos de los realizadores actuales. Sin meterme en profundos análisis ni teorías sobre los géneros, creo que éste es el camino que le espera a todo género.
El problema de volver a juntar todos los mecanismos del género para crear la película es que, sobre todo, resultará terriblemente aburrida para la mayoría de los espectadores que ya se han enfrentado a ellos en repetidas ocasiones. Y, desde luego, si existe un lugar donde eso ocurrirá en masa ese lugar es, sin duda, el Teatro Principal (que es dónde se proyectan las películas de la Semana de terror de San Sebastián.)
En definitiva, una película que juega a ser seria pero que ya no puede creerse nadie y donde no descubriremos nada cinematográficamente interesante.