Ópera prima de Mark Neveldine y Brian Taylor, en la que destaca, básicamente, una curiosa premisa argumental, que serán los tráilers y la crítica convencional la que se encargará de destripar, y Jason Statham.
Esta película se adscribe en el nuevo tipo de producto de acción que se está gestando en la industria. Estamos hablando de películas en las que el ritmo es más que acelerado, donde las peleas adquieren otro tono de realismo y nos alejamos de los Jackie Chan y demás, para seguir con la estela del propio Statham en "Transporter 2" o de Tony Jaa en "Ong Bak" o "Thai dragon".
Un film que bebe de fuentes tan transgesoras en lo estético como puede ser "Domino", o convencionales en lo independiente como "Lock, stock and two smoking barrels" de Guy Ritchie.
Un producto que va destinado al mercado de palomitas, en el que no nos intentan colar como real algo irreal, sino que, al igual que con "Snakes on a plane", buscan la carcajada a través de saberse graciosos. Una especie de cine de serie B modificado genéticamente.
Acción a raudales, cachondeo y carne para ver en cuadrilla.