Crítica de la película Si quiero silbar, silbo por Iñaki Ortiz

Sin personalidad


2/5
30/04/2012

Crítica de Si quiero silbar, silbo
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película El rasgo más significativo de esta multipremiada película rumana es su incapacidad para sorprender. Con la primera imagen; un simple plano general, algo inestable, abiertamente asimétrico, con una composición a su manera convincente y con una textura de mucho grano; nos da una idea asombrosamente exacta de por donde va a ir la estética y el tono de la película. Y tenemos esa idea exacta porque nada en la dirección de Florin Serban es nuevo, ni siquiera como mix de fuentes. Su estilo es sólido, muy correcto, denso y coherente. Pero también podemos decir que es el mismo que infinidad de realizadores festivaleros, liderados quizá por los Dardenne, han utilizado ya antes que él. Un afinado imitador, pues.

Vemos una pequeña inmersión en los pormenores del sistema penitenciario rumano. Un estudio sencillo, sin demasiadas pretensiones, que quiere poner de relieve las contradicciones sociales y la tragedia humana. Lo consigue de un modo cerebral, aunque emocionalmente resulta bastante plana y muy lejos de los citados Dardenne, por poner un ejemplo. No es tampoco un concepto demasiado nuevo que nos pueda aportar algo.

Para colmo, en la recta final, el desarrollo se torna pesado, reiterativo y roza peligrosamente el absurdo. En definitiva, una obra de artesanía interesante que entra bien por los ojos, pero que, por su falta de personalidad y por sus contenidos conocidos, difícilmente nos dejará algo en la memoria.



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