La clásica aventura de liberación mental a pies de un salón de baile es lo que me espero sin rubor y sin espectativas, agradable para la vista y la curiosidad, este tipo de escenarios en los que ver danzar a famosos de la interpretación junto con una doliente dosis de necesidad de recuperación anímica, funciona como los churros en una fría plaza del interior de la península. Sin embargo, la sustancia muy pocas veces suele acompañar estos films.