Crítica de la película Piratas del Caribe 3: Al final del mundo por Beiger

Sobra


2/5
08/06/2007

Crítica de Piratas del Caribe 3: Al final del mundo
por Beiger



Carátula de la película Parece que los creadores lo tenían claro: cualquier espectador atento podrá darse cuenta de que la historia no tiene sentido. La mejor manera de deshacernos de ellos es MAREANDOLOS.

Y es que el hecho de rodar sin guión mezclado con un gran trabajo infográfico (al servicio de la nada) consigue dejarte atontado y que, incluso si realmente estabas interesado en lo que pasa, apagues el cerebro para no seguir recibiendo la sobredosis de impulsos que ofrece Piratas del caribe.

¿Dónde está Jack Sparrow? Aquel personaje que divirtiera en la primera parte ahora se convierte en un auténtico imbécil. Si Deep nos sorprendió con una arriesgada interpretación, ahora nos aburre reiterándose una y otra vez en cuatro gestos mal hechos y sin ganas. El resto del reparto funciona con el piloto automático, excepto quizás el peor actor del mundo: Orlando Bloom. Orlando es un actor malísimo.  Puesto con ese pañuelo en la cabeza y ese pendientito en la oreja era imposible aguantar la carcajada en la butaca. ¡Terriblemente sonrojante!

Me reitero en la tesis que ya expuse en mi precrítica: si una película no está pensada simplemente como película, si no que se le añaden una serie de elementos para satisfacer otras cosas (video juegos, parque temático, etc...) el resultado final es una película floja y, a ratos, indecente.

Si la cuarta parte está pensada de forma individual, quizá se pueda volver a hacer una película de piratas divertida y ligera, con toques de fantasía. O sea: una vuelta al origen.



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