En una cosa me equivocaba en la precrítica de esta película, que ya me ha costado ver, y es en la de que se habían equivocado en la elección de los actores. No es cierto, para este Sherlock Holmes, chalado, poseído, es perfecto el actor Robert Downey Jr, perfecto conocedor de la mitad de las costumbres que se desarrollan en el film por parte del detective.
Jude Law, por tanto, como Danny Glober reteniendo a Mel Gibson, cumple con su papel no excepcionalmente pero sí muy correcto en el contrapunto. La diversión 1 funciona en la caricatura exagerada que se nos propone entreteniendo además, con una dirección fluida y generosa, que se va agotando poco a poco según la trama lo predispone. La diversión 2 por tanto también en bandeja, al modo Ritchie, con talento para los planos pero sin garra en las historias.
La comedia ridícula en la que a veces se transforma la película, con mujeres que encandilan con su pasar, malos de fábula o enemigos de la humanidad engominados en frases de película de sobremesa sencilla, no ayudan a que me mantenga en una línea de crítica hacia el talento de mostrar una nueva visión de los detectives, sino que me dejan sin fuerzas para un final noblote y lleno de previsibles momentos cronometrados.
Hans Zimmer ayuda constantemente a elevar el tono caricaturesco y de aventura con su estilo propio, entendiendo ahora y antes de ver la película no, cómo es tan reconocible la sonata, melodía o como se quiera llamar de la película. Es una buena película de entretenimiento, de abuso de los efectos digitales, pero una mala película de siempre. No ganamos mucho con ella.