No soy un gran amante del cine español ad hoc que tenemos semana tras semana en la cartelera, no entiendo esas películas que se arrogan el adjetivo de frescas, directas, comedias de pelo que esconden sus carencias en una falta de estructuración de la mentalidad del espectador, engullido por tanto cine yankie.
Pero mirad por dónde que en 15 minutos me he enamorado de esta película y he notado que algo ha entrado en mi torrente sanguíneo...una especie de curiosidad que desembocará en un cine sólo si soy uno de los afortunados que podrán ver esta película en su provincia.
Se trata de la ópera prima de Rafa Cortés, un mallorquín de 33 años que está sorprendiendo a propios y extraños con esta película sobre la integración, el hermetismo, las costumbres y otras muchas cosas que forman parte del núcleo duro de la Sociedad, así con mayúscula.
Se presentó en el Festival de Málaga y se llevó el Premio Especial del Jurado, de ahí triunfó en Rotterdam y fue considerada Película Revelación del Año en Cannes 2007. Esta película se está convirtiendo en un auténtico trotamundos de festivales.
La película está escrita por el propio Cortés y por el actor principal: Alex Brendemühl, a través de un proceso que ha durado cinco años, basado en ejercicios de improvisación.
La fotografía, ideada por David Valldepérez, ha sido limitada por el propio Cortés, lo que llevó a que el film fuese rodado con una cámara de HDV semiprofesional y cintas de mini-dv.
Estas limitaciones han llevado a Cortés a ocultar al resto de los actores el guión para favorecer el sentimiento fundamental de la película, consiguiendo todo un ejercicio que puede pasar de lo genial o lo amateur antes de lo que podamos darnos cuenta.
En definitiva, un ejercicio de cine fresco, una suerte de pseudo-dogma que está arrasando en festivales de medio mundo.
Muchos pensaréis que no es mi estilo, pero uno que es cortometrajista en trance de frustación, se siente plenamente identificado.
La apoyo, sin dudarlo.