La película emite unos rayos de intimidad que asustan. Una película para ingleses podría rezar el anuncio publicitario porque sin duda lo peliagudo les interesa casi del todo a ellos. Centrarse en las conversaciones telefónicas y momentos siguientes a la muerte de Lady Di, es un ejercicio de talento, pero también de serie necesidad de hacerse grande en su país, si no lo es ya.
El director de Leicester, England (Las amistades peligrosas, Mary Reilly, High fidelity, o la reciente Mrs. Henderson presenta entre otras), nos va a mostrar un film plano, seguramente, sin demasiadas concesiones en contra de la primera dama, y eso sí, con algunos momentos de curiosos conocimiento del proceso triste pero a la vez de responsabilidad con la intimidad poco creciente de la familia real.
Helen Mirren (Excalibur, Gosford Park, La sombra de un secuestro o la reciente Shadowboxer), será la piedra angular y la columna vertebral del film aportando buena interpretación y sabiduría delante de la cámara. Ella se va a salvar de una película sin demasiado aliciente.