La anterior película de Pablo Malo, "Frío sol de invierno", recibió regulares críticas, pero con esta película que nos presenta puede que todas ellas se vayan al traste por una sencilla razón, es otro género y con mayúsculas.
La oportunidad de mejorar el mensaje que ya trató de enviar con su cine particular, se verá obligada por las necesidades del suspense y el terror, además de la lucha por intentar separarse de la sombra del parecido con "El espinazo del diablo".
Me espero pocas sorpresas, una manera de rodar seca y limpia, con oscuridades que como sean muy oscuras acabarán por decepcionar al espectador, y actuaciones de justa medida para un film que trata de ser miedo a baja escala y con detalle de por medio.
Volvemos a un invierno de 1967, a una niña, a la tensión y a los sustos que son medio pistas para encontrar la solución de estas películas que pretenden, normalmente, jugar al juego del rompeabezas y a la vez ser valientes y asustar con finura. Todo no puede ser.