Con sólo 21 años, el director Nicolás López, llega a las pantallas con una gamberrada de película sobre adolescentes sin que los protagonistas lo sean. Una coproducción Chile-España, Santiago Segura de por medio y seguro que una locura de escenas de chorradas que no tienen límite para atender a un público no demasiado exigente.
Estas películas son lo que son y para eso están creadas. Premiado en el Festival Internacional de Viña del Mar, desde luego no va a ser premiado por mí, demasiado barato para ser justo consigo mismo, el argumento.