El director de la exitosa Resacón en Las Vegas, pero también de las mediocres Escuela de pringados o Starsky y Hutch, vuelve a las andadas con su cine de humor, de temáticas modernas o para gentes modernas bajo el servicio de la sencillez como base de sus tramas. Lo que ocurre con este tipo o con su película estrella es que ha conseguido hacer de lo de siempre, con taquitos de distinción, algo encima soportable.
Soportable pues es la palabra que describe este film menor, con tendencias comerciales claras y con Robert Downey Jr y Jamie Foxx comandando el reclamo al abrigo de un nuevo personaje, un distinto personaje que a base de gracias gestuales y de chabeta logrará hasta caer simpático, aunque no ayuda a la verosimilitud de la road movie al uso. Se trata de Zach Galifianakis, al cual no recordaremos ni por asomo pero ha participado en desde Hacia rutas salvajes hasta en Up in the air, hay queda eso.
El consejo es ir a verla en el único momento y necesidad de reír un poco y sin preocupaciones, pero buscando más calidad o incluso agarrarse con atención a la butaca, abstenerse.