Uno contempla la carátula de la película y no puede más que pensar en una comedia costumbrista francesa que sólo hará gracia a los franceses, con su particular sentido del humor.
Uno examina la carátula y descubre con asombro el nombre de su director: Jean-Pierre Sinapi. Y como el sol que emerge tras la niebla para deshacerla, no puedo sino recordar el paso de sus dos anteriores largometrajes por el Zinemaldi.
Su primera película, "Nationale 7" fue acogida con entusiasmo y un Premio del Público en Zinemaldi 2000, una bella y arriesgada película en la que utiliza el sentido del humor, no como arma de costumbrismo francesa, sino como fino bisturí para hablar de un tema del que ninguno de nosotros queremos hablar, o, simplemente, obviamos.
Su segundo largo atrajo algo más que expectación a un Kursaal 2 a rebosar, en el que fue recibido con el calor de un público entregado. La película que venía a presentar era la fantasticamente bien escrita, "Vivre me tuer", que me llevó a arrancar el excelente de mi papeleta de Jurado Joven.
Y ahora se decide por una película que puede dar lugar a una carátula como la que tenéis ante vosotros.
Lo cierto es que indagando un poco más, se puede descubrir que la película va a volver a tocar el cine social y comprometido que tanto le interesa a Sinapi, que va a volver a echar mano de su fino sentido del humor para hablarnos de una realidad, ésta sí, que presente y cotidiana en nuestras conversaciones: la juventud.
La pega que le veo al film es que es la primera vez que Sinapi no trabaja con un texto propio, sino que se ha encargado de reescribir un guión que ya estaba hecho.
¿Por qué es una pega? Porque quizá ha perdido el control sobre la obra, porque pueden quedar retazos de humor costumbrista sin mayores pretensiones que la sucesión de gags anclados en los tópicos más manidos de la juventud en nuestros días.
Por todo ello que me acercaré al cine con la mano sobre el freno de mano. ¡¡¡¡No os dejéis engañar por la carátula!!!!!