Crítica de la película Rare Exports. Un cuento gamberro de Navidad por Beiger

Ya lo dice casi todo Sherlock en su postcritica. Sorprende de Rare Exports lo fallida y limitada que es. La fotografía es bonita - y no me parece un gran calificativo para la fotografía de una película - pero poco más. Al parecer estamos ante una película navideña para niños. Lo que en el corto original era socarronería y una visión con cierto aire irreverente hacia uno de los iconos de nuestra cultura, aquí se convierte en algo totalmente flácido que no termina de ir a ninguna parte. Y es que lo más decepcionante de todo es como se busca ser Spielberg todo el rato pero no se consigue ni siquiera imitarle decentemente.

Y no estamos hablando ya de coseguir ser Spielberg en los efectos especiales. Ni siquiera en la manera de realizar la acción. Estamos hablando de personajes medianamente humanos con los que identificarse. Si vas a jugar a la dificultad de comunicación entre un niño y su padre juega bien. Si ha de notarse el vacío que ha dejado la madre muerta, aunque estemos hartos de verlo una y otra vez, dánoslo bien. Y, si por el contrario, la película no va de eso, plántanos a unos personajes con la escopeta y las gafas de sol retro que molen. Porque luego al final, pasa lo que pasa: que tenemos una película con una trama deslavazada donde al espectador apenas le importa cómo acabe ya la cosa.

Una vez más, lo que funcionó como corto no funciona como largo, y más claramente todavía si ni siquiera recoges la esencia de lo que fue el corto.

Película tonta.