Fin es una película repleta de buenas intenciones, y de todas ellas, los efectos digitales son lo único que entran bien por las retinas de los espectadores que esperan más y reciben menos.
La cuestión más importante es que ofrece un comienzo forzado y muy visto, con conversaciones entre amigos que resultan lentas, soporíferas y lamentablemente forzadas. Para cuando se anima la cosa, los segmentos de acción y las muertes van cayendo demasiado protocolarios, como si pudiéramos ver los corchetes en cada uno de los sucesos animados únicamente como ya he dicho por cierto nivel de efectos que hacen creíbles las desapariciones.
Si la intención era salvar la primera parte del film con los pasados intercalados de todos creando emotividad y profundidad de los personajes, ocurre totalmente lo contrario, un lugar seco y vacío donde dan un poco igual las elecciones de quién debe morir. El final, hasta agradecido muestra un poso de romanticismo que no se corresponde con el resto del film y demuestra que hay una buena idea pero una baja puesta en escena y materialización.
Parecía parecía pero se quedó en nada.