Crítica de la película En tierra hostil por William Munny

Al ver la película uno viaja de fuera hacia dentro. Y esto es importantísimo. De la guerra que siempre hemos tenido en mente a la persona que está en ella, dejando a un lado el punto bélico, centrándose cada vez más en la mente del protagonista que podría haber sido también bombero. El sentimiento de película completa, pues, está al servicio de un espectador que ve de todo pero a distintos momentos y niveles. Si encima le añades nada más y nada menos que ritmo, tiene una boma de relojería, emoción, interés y acción.

Aunque es sencillo reccionar extraño a mitad de película por el no avanzar lógico de la típica historia, uno se acostumbra pronto a las locuras y a las verdades de los tres, y sobre todo de uno, haciendo del pasar de minuto y peligros un ecalón firme en el que demostrar al final que la base de la película no es la arena, sino las meninges. Una vez que la lejanía de lo comercial y de los planazos es un hecho agradecido, te dispones a entender el generoso esfuerzo y simplemente disfrutas.

Aún así no me parece una película redonda del todo. Me resulta sosa (no confundir con el ritmo), con personajes que lo son, tan adoctrinado como estoy a personajes más carismáticos y no tan ambiguos o procuradores de miedo. Fría y lejana con un lado bueno y uno malo que no la hacen llegar a mis entrañas con toda la contundencia aunque sí sorpresa. Se trata de una buena película que no tendrá buena memoria, pero es el riesgo de contar la realidad pura y dura, que te cargas el sueño, más fácil de recordar en tiempos distintos. 

La directora es una conocedora del medio, es una genial partícipe del cine que ahora además recibe un Óscar, necesario para ella no tanto para los que la seguimos desde hace tiempo. Con este film puede que le dejen aún más que ahora trabajar agusto y con presupuesto para ofrecer más y mejor. Espero con los brazos abiertos.